Razones para un plan de negocio

Existen un par de tópicos muy fáciles y que parecen dejarnos con la conciencia tranquila: “el papel lo aguanta todo” y “los planes están para no cumplirlos”. Es cierto que la predicción perfecta es imposible, nadie tiene la bola de cristal. Pero ningún marinero dudaría que tener un faro que le indique dónde dirigirse es mejor que encontrarse perdido en alta mar. Veamos algunas preguntas que puede responder o no, pero si lo hace sea sincero consigo mismo:

    • ¿Los objetivos tanto de su empresa como de sus empleados están claros y por escrito? Si no es así, ¿cómo lo resuelve? ¿Sobre la marcha? ¿Modificándolos conforme su intuición le indica? ¿O no tiene objetivos definidos?

 

    • ¿Ha hecho alguna vez un presupuesto financiero? ¿Lo sigue semanal, mensual y anualmente? ¿Ha preparado un plan de pagos y cobros?

 

    • ¿Los resultados obtenidos le parecen bien, sin más? ¿Los compara con algo? Si no los compara, ¿cómo mejora?

 

    • ¿Los puestos de trabajo coinciden con las necesidades de su empresa? ¿Ha desarrollado alguna vez un organigrama?

 

    • ¿Forma a los empleados? ¿Tiene algún plan de formación que vaya en paralelo con la estrategia empresarial? ¿No quiere que sepan mucho, porque son ingratos y se van a ir?

 

    • ¿Cómo decide quiénes son sus clientes? ¿Se ha preocupado alguna vez de conocer el mercado objetivo de su empresa? ¿Les incita a volver?

 

    • ¿Ha definido alguna vez su característica única de venta? ¿Ha estudiado a su competencia o… no sabe quiénes son? ¿Qué es lo que hacen ellos mejor que Vd.? ¿Se ha preocupado por saber porqué un cliente le compra a Vd. y no a otros?

 

    • ¿Garantiza lo que hace o vende? ¿Lo hace por escrito o verbalmente?

 

    • Si tiene un plan ¿lo guarda en la estantería o lo revisa periódicamente para ver el grado de cumplimiento?

 

    • ¿Cuando falta dinero lo pone de su cuenta particular? ¿Ha puesto alguna vez en riesgo su patrimonio y el de su familia por los imprevistos que le han llegado sin planificar?

 

    • ¿Sabe cuánto debe ingresar a diario, semanal, mensual y anualmente para cubrir todos sus costes? ¿Conoce el punto de equilibrio?

 

    • ¿Se reúne con su equipo para informarle de los objetivos y metas empresariales? ¿Con qué frecuencia se reúne con ellos y para qué?

 

Si todas las preguntas anteriores las tiene resueltas, ¡enhorabuena!, su negocio va viento en popa, pero permanezca alerta. Un repaso a las estadísticas nos dicen que las pequeñas empresas con empleados que sobreviven al cabo de 2 años son el 60%, y menos del 40% permanecen después de 4 años. Pasada lo que se considera la edad de la infancia, es decir 7 años, sólo queda en el mercado un 30% según datos de la SBA (Small Business Administration – USA 2009). Un dato interesante dice que cerca del 70% de las empresas que hicieron y hacen un plan de negocio sobreviven. Por lo tanto, una de las piedras angulares es la necesidad de planificación, control y seguimiento del negocio. La mayor parte de las empresas pequeñas no crecen bien porque carecen de un plan estratégico, o bien, porque falta su aplicación efectiva.

Emilio José García

Director Área Jurídica

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