Cuando tu espía es la publicidad
Intentar ocultar un embarazo al Big Data no es tarea sencilla. Lo demostró la socióloga Janet Vertesi a través de un artículo publicado en la revista Time, tratando de reclamar privacidad.
Cualquiera que busque a través de Ebay un producto concreto, recibirá correos electrónicos repletos de ofertas en menos de dos días; igual ocurre con Amazon, tu bandeja de entrada sabrá todas tus preferencias a la menor ocasión.
Eso es el Big Data en acción, un gigantesco motor que quiere saber cuánto más de ti, mejor. Sistemas de rastreo específico con precisión de cirujano.
El caso más mediático ocurrió en febrero de 2012, cuando la tienda Target descubre que una adolescente está embarazada antes que sus padres. ¿Cómo? Pues a través de patrones de compra con tarjeta de crédito y búsquedas adicionales.
Pero, ¿qué tuvo que hacer Janet para eludir el Gran Hermano? Pues, además de no contar nada en redes social tales como Facebook o Twitter, pidió a sus contactos que hicieran lo mismo: no volcar felicitaciones ni palabras o conversaciones que hicieran relación al embarazo.
Utilizaba TOR (The Onion Router), una red de comunicación con funcionamiento de “capas” que elimina el rastro de búsqueda. El ordenador se conecta al azar a direcciones IP de usuarios que se han unido a TOR en todo el mundo, (cada uno puede elegir formar o no parte de esa red en la que los usuarios se ocultan unos a otros) y va cambiando de forma aleatoria, haciendo prácticamente imposible dar con el origen de esas búsquedas.
Y, por supuesto , todas las compras en efectivo para evitar dejar rastro.
La conclusión es que “darse de baja” (opt-out) es un mito. Salirse del sistema tiene efectos sociales, económicos e incluso legales. Hacer tracking, es decir, espiar los sitios web a los que accede un usuario, es algo básico hoy en día para poder ofrecer publicidad a los internautas. Google fue el primero que comenzó a hacerlo y hoy por hoy le siguen muchos más.
Después de ver el nivel de control que poseen sobre nuestra navegación y sobre nuestros datos pensamos, ¿cómo podemos evitarlo? Pues siguiendo algunas claves para reducir el impacto:
- Utilización de un buscador anónimo en lugar de Google Search, como DuckDuckGo.
- Cerrar sesión en la cuenta de Google siempre que no se esté utilizando.
- Utilizar otras DNS que no sean las del gigante de Internet.
- Bloquear los anuncios de Google Adsense con algún «bloqueador de anuncios».
Con esto conseguiremos reducir el nivel aunque nunca lo podremos controlar por completo, al menos, por ahora.