Sin intimidad en la Red
La ciencia social computacional se dedica a extraer información personal de las redes sociales. Dichas redes contienen un arsenal de información de cada uno de nosotros, sin que seamos conscientes de ello, incluso creyendo que la estamos ocultando.
Michal Kasinski y sus compañeros del Centro de Psicometría de la Universidad de Cambridge han desarrollado un modelo matemático que permite deducir de esta manera la etnia, la orientación sexual o las tendencias políticas y religiosas de cualquier persona.
De este modo acierta si un hombre es heterosexual u homosexual en un 88% de los casos; si eres de izquierdas o de derechas en el 85%. Otros atributos como la inteligencia o el grado de felicidad, también lo detecta pero con menos precisión.
Y ¿Para qué sirve todo esto? Pues para el llamado marketing dirigido u “objetivo”. Las estadísticas sobre las páginas web que uno visita permiten predecir la edad, el sexo, o el nivel educativo de la persona así como rasgos de su personalidad. Los sociólogos computacionales explotan los secretos ocultos entre la letra pequeña de Facebook y otros portales públicos.
Los me gusta que uno pincha, aparentemente sin consecuencias mientras navegamos por Facebook, revelan nuestras pautas de comportamiento.
Pero ¿Cuál es la consecuencia? Los autores admiten que la disponibilidad generalizada de información sobre el comportamiento individual, plantea graves desafíos en el terreno de la intimidad y la protección de datos.
Cuando una mujer empieza a interesarse por las páginas de patucos y del último número de la revista “Ser Padres”, ya está retratada en los algoritmos.
Todo esto puede tener consecuencias peligrosas pues pueden aplicarse a enormes muestras de gente sin obtener su consentimiento, y sin que ni siquiera lo sepan.